En los últimos años han cobrado mucha vigencia los denominados berries, Entre ellos destacan los arándanos, el grosellero negro, las frambuesas, las uvas, la murta y en el caso que nos ocupa en este artículo: el maqui.
El maqui o Aristotelia Chilensis es un arbusto perenne, que alcanza hasta 4 a 5 metros de altura, sus frutos son bayas pequeñas de 5 mm, de color negro brillante o azuladas. Crece en el centro y sur de Chile y es ampliamente usado para la medicina tradicional de los Mapuches, de hecho, es considerado uno de sus tres árboles sagrados.
En la Guía de Medicamentos Herbarios Chilenos 2010, señala que los principios activos del maqui (alcaloides y taninos) le confieren propiedades antiinflamatorias, antiespasmódicas astringentes y analgésicas. Se recomienda el uso de sus hojas y frutos en infusiones, desecadas o su consumo como fruta fresca.
Los compuestos del maqui han demostrado poseer efectos antioxidantes. Los antioxidantes pueden proporcionar protección contra enfermedades crónicas, como cáncer y enfermedades neurodegenerativas, inflamación y enfermedad cardiovascular.
Condiciones adversas dentro del medio ambiente, como el smog y la radiación UV, además de las dietas ricas en ácidos grasos saturados y carbohidratos, aumenta el daño oxidativo en el cuerpo, los frutos de maqui muestran valores de capacidad de absorción de radicales de oxígeno (ORAC) mayores que más de 100 tipos diferentes de alimentos, incluidas
frutas, verduras, nueces, frutas secas, especias y cereales, es 20 veces más fuerte que el limón, 3,5 veces más fuerte que la grosella negra y 2,9 veces más fuerte que el arándano silvestre.